3 estrategias de los mejores líderes para motivar a su equipo

Líderes

Pathos es un elemento crítico en la comunicación y la persuasión identificado por Aristóteles hace miles de años. Como sugiere la máxima, la lógica nos hace pensar, pero las emociones nos llevan a actuar. En este artículo, exploraremos tres formas de aprovechar el poder de las emociones para motivar a un equipo.

 

Líderes significa motivación + inspiración = éxito

 

Para inspirar y motivar a otros para que alcancen altos niveles de rendimiento, debes aprender a usar el poder de las emociones a tu favor. Una investigación que analizó los datos de encuestas realizadas a 25 000 líderes, descubrió que los que más inspiraban (el 10% más alto del grupo) tenían algo único en común, su capacidad para establecer una fuerte conexión emocional con sus empleados.

Cuando hablo de conexión emocional con los ejecutivos, no estoy sugiriendo demostraciones excesivas de sentimientos, compartir demasiada información personal ni entrar en sesiones de terapia con los colegas. Más bien, se trata de conectar con nuestros equipos, nuestros compañeros y nuestros jefes como humanos con emociones, no autómatas centrados en tareas. Las emociones y actitudes que los líderes provocan en los demás son las que te permiten sacar lo mejor de ellos.

El patetismo, en filosofía y retórica, es una apelación deliberada a las emociones para evocar sentimientos específicos en la audiencia. Aristóteles entendió en aquel entonces que la conexión humana hace una gran diferencia a la hora de provocar una acción. Como sugiere la máxima, la lógica nos hace pensar, pero las emociones nos llevan a actuar.

A continuación encontrarás tres formas en las que los líderes pueden aprovechar el poder de las emociones para motivar a las personas con las que trabaja y conseguir mejores resultados:

 

 

 

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 1. Cultiva la energía que emana del entusiasmo

 

La mayoría de nosotros hemos sentido esa energía que nos invade cuando nos entusiasma realizar un proyecto o trabajo. Los buenos líderes, aprovechan esta energía compartiendo su pasión por los resultados que deben lograrse. Pero primero, puede que tengas que canalizarla en ti mismo. 

Tal es el caso de un director de datos que era fácilmente la persona más preparada del negocio en lo que respecta al análisis. Yo no consideraría eso como algo negativo, pero desde luego le faltaba fomentar el lado positivo. 

Su enfoque en las reuniones era estrictamente a los hechos. Reconoció la necesidad de salirse de las hojas de cálculo y utilizar los datos para conectar con otros, tanto sobre los problemas que les preocupaba mucho resolver, como sobre los resultados empresariales que deseaban conseguir. Le sugerí que se centrará en tres preguntas:

 

  • ¿Qué hay en esta (reunión/idea/tema) que me da motivos para ser optimista?
  • ¿Cómo se conecta con un resultado mayor del que estamos hablando?
  • ¿Cómo puedo compartir esto con energía positiva?

 

Después de seis meses de esfuerzos constantes para crear energía más productiva, sus compañeros, empleados directos y el CEO observaron que era un mejor colaborador y que tenía una perspectiva más amplia del negocio. Lo encontraron más estratégico y motivador.

Esto no quiere sugerir una falsa positividad. De acuerdo con investigaciones sobre la positividad tóxica, se ha demostrado que forzarse a dar una “buena cara” puede ser perjudicial para la salud. 

Tampoco significa que tengas que convertirte en el Conejo Energizer y mantener niveles constantes de entusiasmo todo el tiempo. De hecho, ese enfoque puede resultar agotador para muchos. 

Lo más eficaz es establecer conexiones coherentes con el equipo entre lo cotidiano y su visión del futuro, por ejemplo, un conjunto de tareas necesarias o una rutina a corto plazo pueden conducir a resultados importantes para los clientes, pacientes, huéspedes, la empresa o el medio ambiente. 

Sean cuales sean los resultados, establecer una línea de visión clara con vitalidad puede crear un impulso dinámico y convertirnos en excelentes líderes.

 

 

 

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2. Identifica lo que hay detrás de la ira y saca el mejor provecho

 

El coraje tiene cierta relación con el liderazgo. Es una emoción poderosa e impulsa la acción, proporcionando una energía valiosa para debatir preocupaciones y temores y para transmitir urgencia. Desafortunadamente, cuando la ira se utiliza mal con frecuencia, el liderazgo pierde su eficacia.

Es probable que expresar enojo gritando o levantando la voz, interrumpiendo y usando un tono agresivo sea visto como una fuerte actitud defensiva o de cerrazón frente a los demás. 

Para los líderes, la forma más eficaz de expresar la ira es expresar racionalmente la verdadera preocupación detrás del enojo. En los negocios, la ira suele ser una pantalla para una preocupación subyacente o ansiedad por lo que sucederá si algo no sale como estaba previsto. También podría ocultar miedo y angustia por las consecuencias de un mal resultado.

Con frecuencia, son las emociones detrás de la ira las que podrían ayudarte a conectar de una manera más significativa y a fortalecer las relaciones.

Para destacarte entre los líderes, la próxima vez que te sientas molesto, respira y pregúntate:

  • ¿Estoy enojado o esto responde a algo más?
  • Si tu respuesta es: «¡Estoy furioso!» Intenta pensar en un par de opciones más. ¿Es miedo? ¿Angustia? ¿Preocupación? ¿Sobre qué?
  • ¿Cómo puedo expresarme de manera adecuada para motivar la acción productiva?

Ser transparente respecto a tus sentimientos puede denotar sensibilidad y puede ser un catalizador para generar confianza, fomentar la colaboración e impulsar a los equipos. Pero aquellos que no se sientan del todo cómodos con este término, podrían concentrarse en usar el coraje de manera más eficaz. 

Intenta disminuir la tensión y expresar tu decepción con calma, comparte tus preocupaciones e invita abiertamente a los demás a compartir sus puntos de vista. Esto abre la puerta a conversaciones sinceras con los miembros del equipo sobre no cumplir un estándar o una expectativa, lo cual, en última instancia, los líderes pueden llevar al equipo a esforzarse más, corregir errores críticos y, finalmente, abordar problemas de tiempo atrás.

 

 

 

3. Promueve un compromiso profundo que provenga del desarrollo

 

Capacitar e impulsar a otros estadísticamente se encuentra entre las competencias más sólidas que un líder tiene a su disposición para inspirar a la gente a alcanzar altos niveles de rendimiento. Cuando las personas se expresan sobre los mejores líderes para los que han trabajado, invariablemente son personas que se interesaron por su crecimiento profesional.

Las conexiones emocionales que se establecen a través de la mentoría y el coaching dan frutos a largo plazo, para ambas partes. 

Los líderes que priorizan el desarrollo de las personas en su equipo informan que hacerlo les hace sentir poderosos, fuertes, valiosos e importantes. Se enorgullecen de compartir su experiencia y de ver el crecimiento y el éxito de su gente

Los beneficiarios de esa formación comentan que la confianza que demostró el líder en ellos al invertir tiempo y recursos en su desarrollo les hizo sentir más comprometidos con su trabajo, mejoraron su autoconfianza y optimizaron su rendimiento.

Aprende a comunicar tu compromiso y crea una visión compartida del éxito expresando lo siguiente a quienes capacites:

  • Tu crecimiento profesional es importante para mí y para nuestro equipo.
  • Confío en tus habilidades y en tu potencial.
  • Estoy dispuesto a invertir el tiempo y los recursos necesarios para ayudarte a alcanzar tus objetivos.

Centrarse en el desarrollo de las personas que trabajan para ti es una inversión que apoya los resultados de la organización a largo plazo. El tiempo dedicado a ayudarlos a desempeñarse mejor es lo que impulsa la conexión emocional que conduce a la lealtad de los empleados, la motivación y un mayor éxito para el equipo

Recuerda que el entrenamiento e inversión en el desarrollo de tu equipo no son del todo altruistas, entre mejor preparados estén todos, mejores serán tus resultados.

Es fácil quedar atrapado en la vorágine de cosas que hay que hacer y olvidar que nuestra función principal como líderes es impulsar los resultados a través de los demás. Emplear las emociones como parte de tu conjunto de herramientas y habilidades de liderazgo no requiere mucho tiempo extra. 

Requiere de un compromiso diferente, hay que estar dispuesto a compartir lo que sientes con la intención de conectar con los demás y tratar de entender también cómo se sienten. Entre más trabajen los líderes en esto, mejores serán los resultados de aquellos a quienes dirigen.

 

 

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